LA LUNA EN EL SIGNO ZODIACAL DE ARIES Y ESENCIAS FLORALES

LA LUNA EN EL SIGNO ZODIACAL DE ARIES Y ESENCIAS FLORALES

María es una paciente de 26 años, y hace 3 que viene a la consulta. En un principio acude para la interpretación de su Carta Natal, interesada en saber más acerca de sí misma, su carácter, su temperamento, su personalidad.

Trabajamos principalmente en el análisis de su LUNA EN EL SIGNO DE ARIES. Le explico el significado simbólico, y apenas se siente identificada con la misma, sobre todo porque la frase clave del signo es “yo soy”, y Aries es activo, entusiasta, competitivo, dominante, emprendedor, impulsivo, impaciente, agresivo, independiente, dinámico. Su instinto natural es ser patrón y desplegar su impulso por dirigir.
“Así es mi madre, yo no” responde

Estas características son propias al nacer y que le darán seguridad, tomarán forma a través de los vínculos familiares: padre, hermanos, abuelos y en especial su madre.

¿Cómo es la madre de este niño/a, como la percibe? Una madre enérgica, decidida, deseante, activa, mandona, impulsiva (IMPATIENS). Es decir, las personas que le rodean afectivamente, la casa, la sensación de hogar, las sucesivas figuras afectivas como las primeras maestras, la niñera, etc. son las portadoras del dinamismo y la agresividad propias de su Luna y su comportamiento provocará los estímulos necesarios para actualizar las
cualidades latentes en él. La madre real es la principal intérprete de estas cualidades: es activa, invasora, determinante, tajante, dominante, pero no es un sentido manipulador, sino franco y directo. Por lo general presentará hechos consumados al joven quien se verá obligado a adaptarse a ellos (CENTAURA) (esta esencia ha sido fundamental en su terapia para poner límites y dejar de someterse a la voluntad de los demás).


¿Cómo reacciona la persona ante esta energía intrusiva?
Enfrentándose y peleando. Se pondrá a patalear, gritar y atacar hasta lograr que esta fuerza invasora retroceda.
(CERASIFERA, ACEBO).

“Necesito que me ayudes a controlar mis estallidos de genio y enfado”. “no soporto que me den ordenes en casa”, me paso el día discutiendo con todos”.

Lo que aporta seguridad a la persona es entrar en una actividad tal que sirva para bloquear con ello el deseo de los demás. Se refugia en la acción y el movimiento, discute, se opone, se enoja. Se organiza un patrón de conducta que consistirá en estar de antemano a la defensiva y pasar al ataque al menor estímulo, para así sentir que puede disponer de espacio propio.

Se establece una asociación inconsciente entre afectividad y acción.

Cada vez que se siente insegura o hay una fuerte presencia afectiva, se activa la Luna, la percepción de un contexto intrusivo y persecutorio, y la forma de actuar puede ser tomando distancia o con varias iniciativas y responder agresivamente.

Por ello, aislarse, marcar su territorio (VIOLETA DE AGUA), ponerse a la defensiva (ACEBO), entrar en hiperactividad (IMPATIENS), son algunas de las respuestas posibles.

“Nunca me dejan tranquila; cuando me enfado llevo la contraria a todo el mundo y me encierro en mi habitación sin salir; soy muy sensible a los desprecios, a los malos gestos”.

Y la Luna actúa en el nivel inconsciente. Para esta estructura lunar es más fácil definirse por oposición, desafiando y transgrediendo el deseo de la madre que conectarse profundamente con el suyo y sus verdaderas necesidades. Este fuerte componente reactivo deberá ser llevado a la luz para que en la persona aflore realmente lo propio (AGRIMONIA).

El cuerpo se ha acostumbrado a acumular tensión como estado básico y al mismo tiempo se ha cargado de resentimiento e irritación (SAUCE) ante la presencia de ese otro que en la infancia le ha dado cariño y amor, pero de un modo determinante y agresivo.

Comprender que cuanto más experimenta afecto, tanto más provoca, discute y se enoja. Tiene que aflorar toda la irritabilidad propia acumulada, porque sino se sentirá invadido por las contradicciones y por la sensación de culpa (PINO):

“No puedo evitar que cuando un chico me gusta, me pongo a discutir fuertemente con él; me enfrento a los hombres, en especial mi padre y mi hermano, y me siento muy mal, porque soy la que provoco continuamente las peleas”.
¿Cómo frenar este mecanismo lunar? Las esencias NOGAL y BROTE DE CASTAÑO ayudan a cortar esta repetición que se produce de adulto ya que la persona presupone que se desencadenará la misma secuencia de hechos ocurridos en la escena infantil.

La cualidad de la Luna produce sensación de refugio y la persona la recrea inconscientemente. Esta necesidad fue congruente en la infancia porque entramos a la vida a través de ella, pero con el paso del tiempo no debe de persistir la identificación con la misma, para que afloren los Dones Lunares, que hacen a la persona dinámica, práctica y capaz de resolver sobre la marcha.
Bach indicó que es la posición de la Luna la que orienta a la persona en el objetivo de su vida, siendo el remedio que le apoyará en la realización del trabajo de su vida:

Pocos meses antes de que María concluyera su terapia me dijo: sé que tengo mucha pasión y que tengo que sacarla”.

FUENTE: Se Flor Org España
http://www.seflor.org/WEB-SEFLOR-Boletin_13.pdf